3.1.12

Lección 03.

No entiendo nada de lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar].
Aplica esta idea de la misma manera que las anteriores, sin hacer distinciones de ninguna clase. Cualquier cosa que veas se convierte en el objeto adecuado para la aplicación de la idea. Asegúrate de no cuestionar si es adecuado o no aplicarle la idea a algo. En estos ejercicios no se trata de juzgar. Cualquier cosa es adecuada si la ves. Tal vez algunas de las cosas que veas tengan una carga emocional para ti. Trata de dejar a un lado esos sentimientos, y simplemente aplícales la idea tal como se la aplicarías a cualquier otra cosa.

El objetivo de los ejercicios es ayudarte a despejar la mente de todas las asociaciones del pasado, para que veas las cosas exactamente tal como se presentan ante ti ahora y para que te des cuenta de lo poco que realmente entiendes acerca de ellas. Es esencial, por lo tanto, que tu mente se mantenga perfectamente receptiva y libre de juicios al seleccionar las cosas a las cuales vas a aplicar la idea del día. A tal efecto, una cosa es como cualquier otra: igualmente adecuada y, por lo tanto, igualmente útil.

Curso

Éste es un curso de milagros.

Es un curso obligatorio.

Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario.

Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer el plan de estudios.

Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado.

Este curso no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar.

Pretende, no obstante, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural.

Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos.

Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:

Nada real puede ser amenazado.

Nada irreal existe.


En esto radica la paz de Dios.

Estoy aquí únicamente para ser útil.
Estoy aquí en representación de Aquel que me envió.
No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará.
Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo.
Sanaré a medida que le permita enseñarme a sanar.
[L.T., Cap. 2, 18.2 - 18.6]
Si la tarea de despertar del sueño de separación fuese fácil, entonces ya la habrías hecho. Sin embargo, aquello que no es fácil puede ser simple. ¿Cómo permites que sea así? Lo harás permitiéndole que ya esté hecho. ¿Entiendes? Acepta que ya has despertado del sueño de separación y ya está hecho. Entonces no importará si es fácil o difiícil, sólo que está completo. JESUS