17.11.11

Lección 321.

PADRE, MI LIBERTAD RESIDE ÚNICAMENTE EN TI.
No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla. Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome. Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. Pero confió en Ti. Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. Padre, mi voluntad es regresar. 

Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros. ¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el inequívoco camino que nuestro Padre ha señalado! ¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!

Curso

Éste es un curso de milagros.

Es un curso obligatorio.

Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario.

Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer el plan de estudios.

Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado.

Este curso no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar.

Pretende, no obstante, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural.

Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos.

Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:

Nada real puede ser amenazado.

Nada irreal existe.


En esto radica la paz de Dios.

Estoy aquí únicamente para ser útil.
Estoy aquí en representación de Aquel que me envió.
No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará.
Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo.
Sanaré a medida que le permita enseñarme a sanar.
[L.T., Cap. 2, 18.2 - 18.6]
Si la tarea de despertar del sueño de separación fuese fácil, entonces ya la habrías hecho. Sin embargo, aquello que no es fácil puede ser simple. ¿Cómo permites que sea así? Lo harás permitiéndole que ya esté hecho. ¿Entiendes? Acepta que ya has despertado del sueño de separación y ya está hecho. Entonces no importará si es fácil o difiícil, sólo que está completo. JESUS